miércoles, 30 de enero de 2008

Hablemos de Prevención

Lo primero para prevenir lesiones es respetar los propios tiempos y señales. Cuando la persona se siente agitada, tiene un aviso de su sistema cardiopulmonar. Si el cuerpo avisa a través de un dolor muscular o articular, la persona está al borde de una sobrecarga, de una falta de respeto a sí mismo y de una agresión, a partir de un movimiento hecho en exceso.

Las alarmas son las de cualquier persona: las incomodidades, el disconfort, la sensación de falta de descanso, los dolores: no sabemos por qué nos duele la espalda, pero no advertimos que no solemos hacer 15 minutos de carrera o de levantar una pesa o de pasar una pelota a través de una red o simplemente remar. O tal vez lo hicimos toda la vida, pero esta vez hubo mayor intensidad, un movimiento inusual, fuera de entrenamiento o de programación. El organismo avisa con sus alarmas, nos hace conscientes de un cuerpo del que normalmente somos inconscientes.

¿Hasta qué punto hay que "exigirle" al cuerpo? En nuestra educación, en nuestras sociedades, la actividad física está ligada a la idea de ser más fuerte: el que es más fuerte es el que soporta más. Eso no es inteligente, no se corresponde con la realidad del cuerpo humano.

La cantidad de fuerza es individual. Esa cualidad del organismo vivo y de la fibra muscular específicamente humana es entrenable, es mejorable en cada quien de acuerdo a sus propias características. Y es ahí donde volvemos a la programación inicial. ¿Qué característica personal tengo yo en relación a la cualidad fuerza? Eso se puede conocer mediante un test de fuerza, que permite evaluar, medir y programar.

Para realizar el test es necesario saber la edad de la persona, qué actividad física realizó en su vida y cuál quiere hacer ahora. Con esos datos, el profesional puede decirle si efectivamente puede realizar esa disciplina, y en qué medida o dentro de qué límites.

Existen en el mundo evaluaciones llamadas "pre-participativas" y, de acuerdo a la edad y al nivel de competencia, se deberían hacer anualmente. Si tuviéramos una mejor organización del deporte escolar, en los clubes o en las agrupaciones deportivas, la haríamos semestralmente; y hasta mensualmente, dependiendo del nivel deportivo que tiene una persona, o al que aspira.

Muchos piensan que hay deportes que producen más secuelas que otros. La práctica a través del tiempo e intensiva de una disciplina deportiva produce lesiones propias de esa disciplina, por la cantidad de estímulos que deben ser ejercidos sobre un tejido determinado para lograr un máximo rendimiento. Se llaman secuelas de lesiones deportivas. Evitarlas es obligación de la ciencia del deporte, y es responsabilidad del profesional entrenador.

Pero, si hablamos de deportes de contacto, hay más posibilidades de lesiones por accidentes. Si no lo es, tiene más peso la responsabilidad individual: la personalidad del deportista que en un momento de su vida deportiva intente más de lo que su cuerpo soporta, y se autoagreda.

¿POR QUÉ HAY LESIONES?

La mayoría de las lesiones que son atribuidas a la práctica de ciertos deportes -como "codo de tenista" o "rodilla de saltador"- son en realidad la consecuencia de la repetición de gestos deportivos inadecuados. Con el desarrollo que han adquirido las ciencias del deporte, estos problemas son absolutamente previsibles y evitables. La lesión deportiva puede ser resultado de dos caminos.

En el primero, hay un hecho traumático: un objeto o el mismo cuerpo humano hace de objeto por la velocidad que desarrolla, chocando con otro cuerpo, con el suelo o con otro objeto. Esa es la lesión aguda, accidental, donde la colisión o el choque vence la resistencia de los tejidos. A pesar de que los tejidos estén adaptados a ese esfuerzo, la lesión es mucho mayor por la velocidad desarrollada hasta el impacto.

Por otra parte, la lesión deportiva crónica es la que tiene lugar por la repetición de un gesto deportivo que, sumado en el tiempo, va produciendo en un organismo un microtraumatismo, que llega a vencer la resistencia del tejido como si fuera el gran impacto del choque de la lesión aguda. La correcta denominación de este daño es "lesión por sobrecarga", porque la carga de trabajo fue mayor a la que es capaz de soportar un tejido determinado, llámese tendón, ligamento o músculo, componentes todos ellos del aparato locomotor.

Las diferencias entre estas dos categorías de lesiones deportivas son importantes. En la lesión deportiva aguda, se produce una rotura instantánea porque la fuerza es inmensa. En cambio, en la lesión crónica el dolor aparece de repente y sin haber hecho aparentemente nada fuera de lugar, pero ¿después de cuánto tiempo de accionar el estímulo que llamamos "gesto deportivo"? Si sumamos estas acciones en el tiempo, equivalen a una fuerza sideral, que va ocasionando una alteración en un tejido. Siempre es el exceso de fuerza sobre el tejido lo que produce la lesión.

Las palabras terminadas en "itis", es decir, las inflamaciones, constituyen las más corrientes. Es muy común hablar de tendinitis, miositis, periostitis. Lo que parece una simple inflamación, para el deportista es tan grave como la lesión aguda, porque no le permite desarrollar su rendimiento máximo, para lo cual trabajó un determinado tiempo. Esa lesión quizás apareció por factores predisponentes de su estructura corporal o por factores externos, como superficies de juego o elementos deportivos inadecuados, o esfuerzos superiores a las capacidades de la persona.

martes, 15 de enero de 2008

¿Porqué Medicina Deportiva?

Creo conveniente explicar el porqué de la Medicina Deportiva, ya que en nuestra sociedad está infravalorada.

Sin duda a todos nos sorprende (y son noticia de portada) las muertes de deportistas mientras realizan actividad física. Es alarmante el número de casos. Pues bien, la gente se pregunta... y esto ¿cómo puede pasar en los tiempos en qué vivimos?

En unos segundos, la vida de una persona puede dar un giro de 180º quedando gravemente mermado o lo que es peor, se termina su vida. Y todo esto por no hacer lo primordial en Medicina, PREVENCIÓN.

El 60% de los españoles aseguran realizar algun tipo de actividad física con cierta regularidad, pero ¿cuántos conocen su estado de salud para poder practicarla?

En el tiempos en que vivimos, todo son prisas, problemas... y no hay tiempo o medios para poder disfrutar de una buena calidad médica. Pides cita hoy para el cardiólogo y en mi área sanitaria el tiempo medio de espera ronda los 8 o 9 meses.

Internet es una potente herramienta para ayudar a las personas a resolver sus problemas de manera sencilla. Desde aquí cada cierto tiempo abordaré una patología típica en el deporte, explicada para que cualquier persona la entienda, sin los tecnicismos médicos que tanto nos abruman. Sería bastante provechoso que los lectores os involucrarais en el tema y preguntaseis vuestras dudas, proponer temas...

También pondré a disposición del usuario una serie de fórmulas, tablas, estadísticas que nos permiten evaluar la condición física e indirectamente nuestro estado de salud. Sean bienvenidos!

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